La palabra ELITE significa ”minoría selecta”, por
lo que llevado al deporte, esta élite sería un pequeño grupo de personas que
han llegado al nivel de dominio más alto en una disciplina deportiva, cuya alta
tecnificación han conseguido alcanzar.
Un deportista de élite se
distingue de uno amateur, porque recibe remuneración económica por sus logros
deportivos, con la publicidad, premios, etc… Pero sobre todo, ser deportista de
élite lo marcan unos resultados: alcanzar una marca mínima en atletismo, o jugar
en primera división en el fútbol, por ejemplo.
En términos
generales, en el deporte de élite se supera sobradamente el umbral de la salud,
ya que en muchas ocasiones los deportistas, sean hombres o mujeres, anteponen
el conseguir resultados a su propia salud,
ya sea por sobreentrenamiento o por usar sustancias prohibidas para
lograrlo.
Ser deportista
de élite exige ser practicante 24 horas al día, 365 días al año. Esto no sólo
implica el entrenamiento per se,
también incluye la alimentación, ausencia de descansos prolongados o vida
social. Puede que te cuides más, pero sometes a tu cuerpo a muchos excesos.
Esto nos lleva al tema del sobreentrenamiento. No siempre más es mejor, y esto
debería ser el mantra de cualquier deportista. Podríamos entrar en temas de
ansiedad o depresión por exceso de entrenamiento, pero en este post nos
centraremos en temas físicos.
Entrenar en
exceso tendrá un perjuicio sobre nuestro cuerpo. A nivel óseo, habrá desgaste
excesivo en las articulaciones por impacto o movimientos repetitivos según el
deporte, eso nos llevará a lesiones, patologías crónicas, dolores o aparición
de desgaste prematuro del sistema óseo, entre otras cosas, incidiendo
particularmente en las articulaciones ya que son una parte de la anatomía muy
compleja, formadas por una variedad amplia de estructuras (meniscos, cartílagos,
ligamentos, etc). Un ejemplo muy representativo serían los y las gimnastas, ya
que es una de las disciplinas que llevan más al límite el sistema articular.
A nivel muscular, la falta del
descanso puede llevar a la falta de oxigenación del músculo, que derivará en
posibles lesiones que, en principio, pueden ser pequeñas o imperceptibles y a
las que, muchas veces, no se le da importancia que merecen, pero que a la larga
podrían llevar a la rotura del músculo u otras lesiones. Como ejemplo tenemos
el atletismo, el tenis, o el ciclismo, que son deportes que requieren siempre
una serie de movimientos repetitivos, tanto a la hora de entrenar como de
ejecutar en la competición; la reiterada realización de estos movimientos
derivarán en lesiones tan conocidas cono el codo de tenista, el Osgood-Schlatter
en el corredor, o en las clavículas de ciclistas que abusan del asfalto.
Otra lacra del
deporte en relación al detrimento de la salud es el dopaje. Estas sustancias
ponen el cuerpo al límite, cosa que acarreará consecuencias muy graves, no solo
en el desgaste físico de estructuras corporales, si no por el futuro funcionamiento indebido de
órganos como el hígado, bazo, medula ósea, etc. Un ejemplo muy sencillo y fácil
de entender es el uso de la eritropoyetina, utilizada para que
la médula segregue más glóbulos rojos, cuya función es la de llevar oxigeno por
todo el cuerpo, por ende habrá más oxigenación muscular que se traducirá en mayor
rendimiento deportivo. Los órganos una vez dañados es muy difícil recuperarlos,
aunque el cuerpo regenera células todo tiene un límite.
Cabe señalar
que habría que hacer una puntualización casi deporte por deporte, porque un luchador
(karate, boxeo) entrena muchas horas, pero no combaten durante mucho tiempo, no
es así, por ejemplo, en un triatleta; o no es lo mismo las secuelas de
retirarse con 30 años habiendo sido gimnasta que futbolista. Así que, en términos
generales, es difícil aunar competición de élite y salud, ya que todo llevado
al límite o al extremo es malo, aunque sea beber agua.
¡Nos leemos en el siguiente post!
[Imágenes tomadas de internet]
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